Depresión posparto

Así influyen las emociones maternas en el cerebro de su bebé

Un estudio científico demuestra que las emociones maternas influyen en el cerebro del bebé. Las ondas cerebrales de madre y bebé se sincronizan y funcionan como un mismo sistema que estimula el desarrollo mental del recién nacido.

Esta investigación realizada en la Universidad de Cambrige pone al descubierto la especial conexión entre madres y bebés. Las emociones positivas de la madre potencian esta conexión y estimula la capacidad de aprendizaje del bebé.

«De nuestro trabajo anterior, sabemos que cuando la conexión neuronal entre madres y bebés es fuerte, los bebés son más receptivos y están listos para aprender de sus madres», explica Vicky Leong, directora del estudio.

“En esta etapa de la vida, el cerebro del bebé tiene la capacidad de cambiar significativamente, y estos cambios son impulsados ​​por las experiencias del bebé. Al usar un tono emocional positivo durante las interacciones sociales, los padres pueden conectarse mejor con sus bebés y estimular el desarrollo de la capacidad mental de su bebé«, añade Leong.

¿Qué ocurre cuando la madre tienen depresión?

Los resultados también sugieren que los bebés de madres deprimidas pueden mostrar menos evidencia de aprendizaje debido a una conexión neuronal debilitada entre la madre y el bebé.

Las madres que experimentan un estado mental bajo o negativo debido a la depresión clínica tienden a tener menos interacción con su bebé.Su voz es de tono más plano, hacen mucho menos contacto visual y es menos probable que respondan cuando su bebé intenta llamar su atención.

«Nuestras emociones literalmente cambian la forma en que nuestros cerebros comparten información con los demás; las emociones positivas nos ayudan a comunicarnos de una manera mucho más eficiente», explica Leong.

“La depresión puede tener un poderoso efecto negativo en la capacidad de las madres para establecer conexiones con su bebé. Todas las señales sociales que normalmente fomentan la conexión están menos disponibles para el niño, por lo que el niño no recibe el aporte emocional óptimo que necesita para prosperar».

Una razón más para cuidar a la madre durante el puerperio.

Tras el parto las mujeres vivimos inmersas en un torbellino emocional que puede ir desde el mayor éxtasis a la oscuridad más profunda. El vaivén emocional es hasta cierto punto normal por todo el cambio hormonal que supone el parto, la lactancia, la falta de sueño y la recuperación física posparto. Sin embargo hay que cuidar de que el cansancio y el estrés que supone este cambio drástico en la vida de toda mujer no acabe llevándola a una tristeza prolongada y la depresión.

Aunque exista cierta creencia de que la depresión posparto es normal, no lo es en absoluto y es necesario actuar.

No es solo la salud de la madre la que está en juego. La psique del bebé, su desarrollo neurológico y su capacidad de aprendizaje también dependen de la calidad de su relación con la madre en estos primeros meses de vida.

¿Qué se puede hacer?

La primera premisa es darse cuenta de que esa tristeza no es normal y lo segundo es pedir ayuda. Es el momento para la madre de ser egoísta en el más positivo de los términos y cuidarse a sí misma en primer lugar. ¿Cómo se puede cuidar de un bebé si no te puedes cuidar a ti misma?

La pareja, la familia y la sociedad entera deben volcarse para que la madre puerpera no tenga preocupacione, que se le procure suficiente tiempo de autocuidado diario y, si es necesario buscar ayuda profesional.

Wilhelm Reich dijo que el mundo no cambiaría hasta que el bienestar de la criatura recién nacida no prevaleciera sobre cualquier otra consideración.

Para cuidar del recién nacido es necesario comenzar por cuidar la salud de la madre, pues es la madre su nexo de unión con el mundo y según como sea la calidad de la relación con ella así será la relación del niño con el mundo que le rodea en el futuro.

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