Lo que ocurre en tu cuerpo cuando meditas sobre tu útero

El dolor menstrual, la infertilidad, la endometriosis, los miomas, los quistes ováricos… Muchos estudios científicos respaldan que existe un origen emocional en todos estos trastornos del sistema reproductor femenino.

Meditación del útero

Un cuerpo sano no debe doler, sin embargo, al 70% de las mujeres les duele menstruar. Menstruar es un acto fisiológico que forma parte de nuestra salud y de nuestra vida fértil. Si no duele hacer la digestión, menstruar tampoco debería doler. De hecho, el útero es un órgano diseñado para el placer.

Descubre lo que la meditación puede hacer por tu salud, para vivir más conectada con tu cuerpo y para disfrutar del placer de ser mujer.

Te voy a contar lo que experimentan las mujeres que han practicado las meditaciones del útero y cual es la explicación de esas experiencias:

“He sentido por primera vez mi útero dentro de mí, siento su volumen, su peso y su calor. Mi útero está caliente, muy caliente”
María

Cuando meditamos sobre un órgano, el cuerpo dirige mayor riego sanguíneo a ese órgano. Por eso muchas mujeres siente por primera vez su útero cuando meditan sobre él.

En el cuerpo humano, la sangre nutre y da energía. Por eso ese calor que se experimenta, al igual que la sensación de peso. Este hecho tiene importantes implicaciones para la salud:

En primer lugar, el útero se nutre: Llega un mayor aporte de oxígeno y nutrientes y esto ayuda a que mejores sus funciones.

El útero se limpia: Una mayor vascularización implica también que el CO2 y las toxinas pasan al torrente sanguíneo con mayor facilidad para después ser expulsados de nuestro cuerpo por el sistema excretor.

Podríamos decir que, al meditar sobre nuestro útero, éste se renueva, se revitaliza.

“Después de 3 meses practicando meditación sobre el útero, mi regla se ha vuelto más regular y ya no me duele. No lo puedo creer, antes me tenía que medicar para poder ir al trabajo” 
Rosa.

Esto ocurre porque la meditación sobre el útero ayuda al equilibrio hormonal y por la especial conexión que tiene nuestro útero con el sistema nerviosos autónomo (Sistema Nervioso Simpático y Sistema Nervioso Parasimpático). Te lo explico:

Cada vez que tenemos un pensamiento, nuestro cerebro emite neurotransmisores. Los neurotransmisores son biomoléculas que transmiten información entre neuronas y desde las neuronas a las células. Las células de nuestro cuerpo tienen receptores para todos los neurotransmisores.

Esto tiene muchas implicaciones. La primera: Si tengo un pensamiento triste, por ejemplo, mi cerebro enviará a todas las células de mi cuerpo el mensaje de que estoy triste y el cuerpo experimentará esa tristeza, en cada una de sus células.

Así pues, nos sentimos como pensamos.

Si mantenemos en el tiempo pensamientos, y emociones negativas, esto puede tener una influencia permanente en la química de nuestro cuerpo y éste puede llegar a enfermar, tanto física como mentalmente.

La buena noticia es que, del mismo modo, podemos usar nuestro pensamiento creador para sanarnos.

Si, de manera sistemática y continuada, ordenamos a nuestra mente que cree pensamientos positivos sobre nuestro útero, y sobre nuestro cuerpo, lograremos influenciar positivamente en nuestra producción hormonal.

¿Cómo ocurre esto?

Muchos de los neurotransmisores que produce nuestro cerebro son hormonas, o bien, inducen a la producción hormonal. A través de nuestro pensamiento influimos en la química que gestiona nuestro cuerpo y nuestro cerebro, y así, en nuestros procesos hormonales.

Los procesos hormonales que rigen el ciclo menstrual, y la menopausia mejoran a gracias a la meditación sobre el útero.

La meditación en general suele repercutir en la mejora de la salud física y mental. La práctica continuada de la meditación sobre el útero, tiene efectos específicos positivos sobre los procesos relacionados con el sistema reproductor, tales como la menstruación, la menopausia o la fertilidad. Y sobre trastornos tales como la endometriosis, quistes ováricos y miomas.

La meditación también ejerce una influencia muy positiva en las mujeres que están tratándose hormonalmente en un proceso artificial de fertilidad. Los tratamientos hormonales suelen ser muy duros porque inducen cambios emocionales intensos. Además de las emociones que se mueven en el propio proceso de desear quedarse embarazada cuando hay dificultades para ello.

La meditación ayuda a poner las hormonas a favor de la concepción, mejorando el proceso artificial. Contribuye a aquietar la mente, encontrar aceptación en el cuerpo y disfrutar de las relaciones sexuales. En procesos de fertilidad, hacer el amor, a veces acaban convirtiéndose en una obligación. Sin embargo las meditaciones del útero contribuyen a aumentar el deseo y a disfrutar mucho más de las relaciones íntimas.

El dolor menstrual disminuye en las mujeres que meditan sobre su útero.

Por un lado, esto es debido a que la meditación ayuda a la regulación hormonal. Los desarreglos hormonales suelen estar detrás de las molestias y el dolor durante la regla.

Por otro lado, la meditación influye sobre el sistema nervioso simpático y el parasimpático. Este tema daría para escribir un libro. Pero para explicarlo de manera breve, la relajación de la mente hace que el útero también se relaje.

Tengamos en cuenta que ¡el útero es un músculo! Si nuestros músculos acumulan tensiones causadas por el estrés, nuestro útero lo hace aún más, debido a la especial conexión que tienen las fibras del cuello del útero con el sistema nervioso simpáticoLas tensiones en nuestro útero se traducen en dolor en los procesos fisiológicos normales, que no debería ser dolorosos.

Para resumir, diremos que la tensión en los músculos es un proceso inconsciente y la relajación es un proceso consciente.

Al llevar relajación a nuestro útero de manera consciente, deshacemos los nudos y tensiones acumuladas en él y deja de doler. Es como ir al fisioterapeuta, pero con el pensamiento.

Nuestro pensamiento tiene tanta influencia en nuestro cuerpo que puede hacer que procesos hormonales cambien. En ocasiones, de manera instantánea como le ocurrió a Verónica y a otras muchas mujeres que meditan por primera vez sobre el útero.

“Justo después de meditar, me ha venido la regla y no la esperaba hasta dentro de una semana, ¿es normal?”
Verónica.

Este cambio refleja que se ha desencadenado un proceso. Que había energía estancada y se está comenzando a mover. Normalmente el ciclo menstrual se regula gracias a la práctica de la meditación, pero, por un tiempo, el cuerpo realiza reajustes.

“Ahora mismo siento mi útero palpitar, es como si fuera un corazón latiendo dentro de mi vientre.”
Esther.

Los pensamientos que creamos en algunas de las meditaciones sobre el útero promueven la producción de oxitocina. En concreto los pensamientos de amor, conexión y gratitud. El útero es especialmente sensible a esta neurohormona, también conocida como la hormona del amor. ¡Y no es casualidad!

La oxitocina es responsable del orgasmo y más concretamente de las contracciones que se producen en el útero durante el mismo. Estas contracciones, muy similares a las contracciones de parto, producen una agradable sensación dentro del vientre en meditación. Como si un corazón estuviera latiendo entre nuestro pubis y el ombligo.

El placer experimentado en ese estado de meditación ayuda a que el útero se relaje, se expanda, se acomode en su espacio y deje de doler durante la menstruación (e incluso durante el parto).

Las mujeres que meditan suele experimentar mayor placer en las relaciones sexuales, pues han despertado dentro de ellas al útero. Se suele hablar del orgasmo clitoriano y del orgasmo vaginal, pero nadie habla del auténtico orgasmo: el uterino.

“Desde que medito tengo más apetito sexual y mis orgasmos son muchísimo más placenteros. Siento un placer que se expande desde mi útero a todo mi cuerpo”
Julieta.

Quizá porque nuestros úteros están desconectados de nuestros cuerpos y nuestros cuerpos son un mero recipiente de nuestros cerebros.

Quizá por eso la regla duele y el parto duele, porque nuestro útero yace dormido, comprimido entre otros órganos, sometido, olvidado y en muchas ocasiones, maltratado.

Cuando damos espacio al útero a través de la meditación, cuando le permitimos tener un lugar en nuestro cuerpo y en nuestro pensamiento, se abre como una flor y nos permite experimentar el mayor de los placeres.

Meditar sobre el útero además tiene una influencia en la pasión por la vida y en la creatividad, pero de ello te hablaré en el siguiente post.

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Con todo mi amor:

Aixa Laxmi
Creadora y formadora del Método Laxmi y autora de la Teoría del Segundo Útero

metodolaxmi.com
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