Nacer en Paz

Y si pudiéramos eliminar la violencia del nacimiento…

La violencia en el nacimiento está tan normalizada que nos cuesta hasta identificarla.

Decía Frédérick Leboyer que…

«Si pudiéramos eliminar la violencia de nuestro propio nacimiento, toda nuestra vida habría sido completamente distinta

Podemos imaginar que así sería.

El nacimiento supone un trauma para el bebé que lo deja marcado de por vida y que determina, como va a ser su relación con la madre, con la vida y con el mundo.

 

Imagina como debe ser para el bebé su propio nacimiento:

  • El bebé a término lleva 9 meses en un paraíso en el que no existe el sufrimiento, la enfermedad, el dolor ni la necesidad.
  • En el útero materno, el bebé tiene cubiertas todas sus necesidades y no hay absolutamente nada dentro que lo ponga en peligro. Vive en paz y unidad con el cuerpo de su madre.
  • Está constantemente nutrido por la placenta a través del cordón umbilical. Nunca ha experimentado la sensación de hambre.
  • Nunca ha sentido la necesidad de respirar. El oxígeno le llega constantemente a través del cordón umbilical.
  • Nunca ha experimentado frío. Está constantemente a la misma temperatura que el cuerpo de la madre.
  • Jamás ha estado expuesto a luces brillantes.
  • Jamas a vivido la separación. En el útero materno, el bebé es uno con el cuerpo de la madre. Cada centímetro cuadrado de su piel está en contacto permanente con el cuerpo de su madre.
  • Se siente acunado por los movimientos de la madre, el bebé en el útero casi nunca está en completa quietud.
  • Jamás está en silencio, desde la semana 21, aproximadamente, ya empieza a oír los sonidos del cuerpo de la madre: el latido de su corazón, los sonidos de su sistema digestivo, la voz materna y otros sonidos que vienen del exterior. Y aunque no está nunca en silencio, los sonidos los llegan a él atenuados por los fluidos del cuerpo materno y el líquido amniótico. Nunca ha oído gritos ni ruidos estridentes.

El nacimiento saca al bebé de ese maravilloso Edén de paz y bienestar, para enfrentarlo por primera vez a un mundo completamente distinto en el que sus condiciones de vida cambian drásticamente.

El bebé en el parto se expone, por primera vez a la separación y la necesidad. De repente, necesita respirar, siente hambre, frío, una luz cegadora, la falta del contacto físico constante, la manipulación, etc.

Si además de todo esto, le sumas: una cachetada para provocarle el llanto, separarlo de la madre, lavarlo, pesarlo, medirlo, someterlo a pruebas, pincharle medicamentos, ponerle antibióticos en los ojos, etc. el recibimiento es muy hostil.

El recién nacido siente en lo más profundo de su ser que ha sido expulsado de un lugar maravilloso para entrar en un mundo peligroso, donde está a merced de fuerzas que él no puede controlar y que le producen dolor. Un mundo en el que sus necesidades no cuentan, y no son atendidas. Esta impronta quedará en él a un nivel subconsciente muy profundo y marcará su manera de relacionarse con su entorno y consigo mismo.

Pero además de todos estos procedimientos de rutina que se hacen, sin pensar si suponen un beneficio o sufrimiento innecesario para el bebé, existen otras muchas circunstancias en el parto que hace que la entrada al mundo de cada nuevo ser humano sea una auténtica tortura.

La mayoría de las intervenciones que hoy nos parecen normales entrañan sufrimiento para el bebé en el momento más vulnerable e importante de su vida.

 

1. Nacimiento con epidural

La madre está anestesiada, no siente nada, pero el bebé lo siente todo. Además…

La anestesia implica que la madre no puede moverse, no puede movilizar su pelvis ni ayudar a su bebé a descender por el canal de parto.

Con la anestesia puesta, la madre estará en posición de litotomía. El bebé deberá superar la montaña de un sacro bloqueado y de punta para salir cuesta arriba, realizando una extensión cervical por primera vez en su vida.

Para el bebé nacer con la madre en litotomía supone hacerlo en las condiciones más desfavorables y con poca ayuda materna. Pujar tumbada sobre tu espalda y con las piernas en alto es poco menos que imposible. Además de ser antifisiológico para la madre por otros motivos anatómicos que no entraremos a explicar aquí.

Al no sentir nada, la madre no segrega endorfinas. Las endorfinas son anestésicos naturales que sí traspasan la barrera placentaria. Es decir, que sí llegarían al bebé si la madre no estuviera anestesiada artificialmente.

Luego…

El bebé se encuentra ante la tarea de nacer en contra de la gravedad, sin la ayuda de su madre y sin el beneficio de las endorfinas endógenas, que segregaría la madre si no estuviera anestesiada.

Al bebé se le priva de esa analgesia natural cuando se da a luz con epidural en la posición que más le dificulta el nacimiento.

Además, la aplicación de la anestesia epidural, suele llevar aparejada una bajada de la tensión sanguínea de la madre, con lo que llega menor riego sanguíneo al útero y a la placenta y por lo tanto, al bebé. Todo esto en un momento en el que por primera vez está haciendo un esfuerzo enorme para salir del cuerpo materno. Salir del cuerpo materno, pero sin la ayuda del cuerpo materno.

Algunas madres dicen, «tuve un parto fácil gracias a la epidural». El bebé podría decir, «fui capaz de nacer, a pesar de la epidural».

Por otro lado, el «parto fácil» con epidural no está garantizado. Con excesiva frecuencia el uso de anestesia precipita otra serie de intervenciones que dejan secuelas en madre e hijo. El uso de epidural tiene sus propios riesgos y efectos adversos y aumenta el riesgo de sufrir episiotomía, fórceps, ventosas, Kristellers, cesáreas y pérdida del bienestar fetal.

2. Corte precoz del cordón umbilical.

La placenta, y la sangre que contiene nutre al bebé y le aporta oxígeno a través del cordón umbilical.

Nada más nacer, la placenta sigue aún funcionando, el corazón del bebé sigue tomando sangre de la placenta, el cordón umbilical sigue latiendo.

Múltiples estudios han demostrado los beneficios de esperar a que el cordón deje de latir antes de cortarlo: Aumento de las reservas de hierro al nacer y menos anemia; Disminución de la hemorragia intraventricular; Menos enterocolitis necrosante; Menos septicemia en lactantes; Se requiere una menor cantidad de transfusiones de sangre.
Si se espera a que el cordón deje de latir antes de cortarlo, el bebé pasará gradual y suavemente de la respiración sanguínea a la respiración aérea.

Sin embargo, si lo cortan nada más nacer el bebé, como es práctica habitual…

El bebé se ve obligado a pasar de la respiración sanguínea a la respiración aérea de una manera súbita y violenta. El bebé siente literalmente que se ahoga.

3. Nacimiento instrumentalizado

El uso de forceps y de ventosa se ha extendido desde que las mujeres dan a luz en litotomía. El uso de los mismos entrañan riesgos de traumatismo para el bebé.

4. Nacimiento por cesárea

Aparentemente la cesárea podría ser un nacimiento fácil, pero no es así. Durante el parto natural ocurren muchos acontecimientos fisiológicos importantes para el bebé y su adaptación a la vida fuera del útero materno.

El cocktail hormonal del parto: oxitocina, endorfinas, serotonina, debería llevar a madre y bebé a una experiencia intensa, en el que el placer estuviera presente.

Las hormonas del parto preparan a madre y bebé para enamorarse mutuamente y para establecer la primera relación de apego seguro madre-hijo que es muy importante para el desarrollo neuorológico y psíquico del recién nacido.

Además, los efectos de la oxitocina, conocida como la hormona del amor, la conexión y la sanación, pueden tener implicaciones importantes a la hora de proteger al recién nacido de determinadas condiciones, como los Trastornos del Espectro Autista y el Trastornos de Déficit de Atención e Hiperactividad. Los niños nacidos por cesárea o en partos inducidos, podría estar más expuestos a estos trastornos.

Por otro lado, en lo puramente mecánico del nacimiento, al pasar por el canal del parto, el cerebro y el sistema nervioso del bebé se ven estimulados para prepararlo para su vida extrauterina. Los pulmones se ven estrujados, por lo que el bebé puede expulsar el líquido amniótico y prepararse para la respiración aérea.

Además de eso, el paso del bebé por la vagina parece ser muy importante para la formación de su flora intestinal. La macrobiota intestinal tiene un papel muy importante en la génesis del sistema inmunitario del nuevo ser humano de por vida.

La cesárea también se ha visto que interfiere en el establecimiento de la lactancia materna, tan beneficiosa para la salud del bebé a corto, medio y largo plazo.

La invasión de la tecnología y la medicalización de los paritorios ha generado una creencia de falsa seguridad de las intervenciones médicas en el parto.

Parece que cualquier cosa que acontezca en un hospital es algo seguro. No hay intervención libre de riesgos por lo que se deben restringir a las que son verdaderamente necesarias.

Lo que suele ocurrir en los partos es que una primera intervención precipita una cascada de intervenciones que pretenden subsanar el mal que causó la primera.

Así el parto, que debería ser un hecho normal dentro del ámbito de la salud y el bienestar, se convierte en un acto médico de violencia innecesaria.

Diosa Madre

Cuan diferente debe ser nacer de otro modo. Sin prisas, sin medicamentos, con  el cuerpo y el pensamiento de la madre a favor y no en contra.

Cómo debe ser para un bebé nacer de una madre que se sabe y se siente capaz. Que se ayuda a ella misma a parir y ayuda a su bebé a nacer:

  • Con el movimiento de su cuerpo.
  • Siguiendo su instinto.
  • Disfrutando de cada momento.
  • Con la ilusión de encontrarse con su bebé.
  • Consciente de lo sagrado de este momento.
  • Rodeada de personas que la empoderan, la animan, la protegen, la admiran, la aman.

En la Semana Mundial del Parto Respetado, hacemos un llamamiento a los profesionales del parto a actualizarse y actuar según la evidencia científica. Y sobre todo, a respetar el proceso fisiológico, a confiar en el cuerpo de las madres y a disfrutar de poder atender y acompañar día a día el grandioso milagro del Parto, el Poder del Parto.

Mujer prepárate para disfrutar de una experiencia de parto en plenitud.

Dale a tu bebé el mejor recibimiento en este mundo: Entrenamiento parto sin Miedo, Fácil y Seguro.

Tú puedes dar a luz varias veces, tu bebé solo nacerá una vez.

Texto: Aixa Laxmi